La importancia de la puntuación para evitar malos entendidos
Algunos problemas de comunicación se diagnostican como «malos entendidos». En algunos casos, es así, y son difícilmente evitables. En otros casos, prestando un poco de atención a la redacción o a la construcción de la frase se pueden evitar fácilmente.
Imagina la siguiente conversación utilizando el apreciado WhatsApp
– «cuándo te viene bien quedar para tomar un café?
– «el sabado tengo un bautizo el domingo»
Como nos ocurre con frecuencia en la primera lectura: está claro: quedamos el sábado porque el domingo tiene un bautizo. Generalmente consideramos que nuestra primera lectura es la única y la correcta.
En el ejemplo anterior esa lectura es correcta para la siguiente redacción: «el sabado. Tengo un bautizo el domingo». Y si la redacción fuera ¿»el sabado tengo un bautizo. El domingo»? el mensaje es bien diferente.
La pequeña gran diferencia para evitar este «mal entendido»: un punto !!!
Tenemos un 50% de posibilidades de acertar. Para el otro 50% una explicación bastante habitual: «ha sido un mal entendido». Efectivamente, se ha entendido mal. La causa: una mala redacción. El motivo de la causa: prisas, no ponernos en el lugar del interlocutor que no tiene la misma información que nosotros…
¿Qué podemos hacer como receptores de estos mensajes y evitar malos entendidos o males mayores?
- principalmente, practicar la escucha activa e identificar diferentes significados o interpretaciones de lo que estamos leyendo o escuchando. Cada vez que tengo que suponer algo para completar el sentido de una frase, DEBERÍA PREGUNTAR para confirmar que mi suposición es correcta.
- reconocer frases a las que les falta el sujeto. «ya me lo dijo» ¿quién?
- se hacen comparaciones en las que falta uno de los comparados. La publicidad utiliza bastante esta técnica: «este producto lava más blanco» ¿comparado con qué?
- practicar el arte de hacer preguntas
No es necesario estar 24 horas al día pendientes de las conversaciones practicando continuamente la escucha atenta: es imposible, es agotador, no es necesario y te puedes convertir en una persona no grata a la que el resto de la humanidad quiera evitar.
En esta secuencia tenemos un buen ejemplo de pensamientos basados en suposiciones que no son confirmadas antes de pasar a la acción. El resultado puede ser cualquier disparate o lo contrario de lo que queremos.
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